CONTORNO OJOS Y LABIOS

Efecto tensor con estímulo dérmico sobre los formadores de colágeno, antioxidantes y regeneradores celulares, efectos circulatorios drenantes y descongestivos. Acciones hidronutritivas.

La piel de los ojos es extremadamente fina, tanto como cinco veces inferior en grosor a la del resto de la cara, que a su vez lo es, en ese mismo porcentaje, de la del cuerpo. Aprox. 0,004 mm.

Su capa córnea es también considerablemente menos espesa que el resto; con lo cual la protección también resulta menor. En su capa dérmica existen variaciones en cuanto a la cantidad de colágeno y elastina producido, siendo menor también que el resto. Por lo tanto, nos encontramos ante una piel elástica y fina.

La delicadeza se ve acentuada cuando observamos el bajo contenido en glándulas sebáceas, con lo que la nutrición natural se ve altamente comprometida.

Es fácil comprender que el desequilibrio de su manto epicutáneo es una constante, y la convierte en una zona especial de tratamiento potencialmente más sensible que el resto. Tenemos que en el contorno ocular existen 22 músculos periorbitales que someten a la piel a una constante gesticulación con contracciones y distensiones, que provocan primero esas arrugas clásicas de expresión, que con el tiempo se convertirán en arrugas profundas.

El párpado inferior contiene unos lóbulos de grasa orbitaria natural encapsulada, cuya función es la de la protección, que con el paso de los años, y a veces provocado por afecciones como retención de líquidos o enfermedades, se desvitaliza y relaja, produciendo desagradables bolsas parpebrales e incluso acúmulos grasos de aspecto desagradable.

Las ojeras, o pigmentación excesiva de coloración en la zona del párpado inferior es debida, como no puede ser de otra manera, a un exceso de melanina o por la dilatación de los capilares .Es otro problema que con frecuencia observamos. El exceso de pigmentación, suele ser de origen congénito y su coloración más amarronada, el problema de congestión circulatoria en la delicada red del contorno de ojos, produce habitualmente un edema o contención linfática, que se ve aliviada por el mismo movimiento al que está sometido el ojo, pero la inmovilidad nocturna incide en el problema de inflamación.